Independizarse de la Cafeína

Por todos es conocido, y está sólidamente demostrado, que la cafeína es una sustancia altamente adictiva.

La cafeína no produce de forma directa daños graves en la salud, por lo que no se considera una sustancia peligrosa. Sin embargo, si se abusa de ella de manera continuada produce adición y síndrome de abstinencia si no se consume.

El nivel de sensibilidad de cada persona a esta sustancia es diferente, por lo que sus efectos también varían de una persona a otra. Sin embargo, aunque no se observen los efectos negativos típicos tras el consumo de cafeína, como serían inquietud, nerviosismo, excitación, insomnio, rubor facial, diuresis o problemas gastrointestinales esto no indica que no exista dependencia a la sustancia.

Las personas con adicción a la cafeína, cuando pasan de 12 a 24 horas sin tomarla, pueden manifestar una serie de síntomas característicos del síndrome de abstinencia a esta sustancia, y que incluyen dolor de cabeza, fatiga o somnolencia, depresión o irritabilidad, problemas de concentración y síntomas similares a los de la gripe, con náuseas, dolor muscular y rigidez.

Otro efecto negativo de la cafeína es que puede agravar la ansiedad y la depresión en las personas que padecen estos trastornos, y que en muchas ocasiones tienden a abusar de la cafeína porque a corto plazo tiene efectos que parece que mejoren estas afecciones.

La bebida más frecuente en nuestro entorno como aporte de cafeína es el café, y el que normalmente produce más hábito de consumo. Si no de puede parar por completo su consumo, al menos se puede intentar reducir sustituyéndolo por otras bebidas.

El té también tiene cafeína, pero en menor cantidad, y puede ayudar a ir reduciendo progresivamente la dosis de cafeína diaria.

El ritual que se sigue para tomar el café también tiene mucha influencia en el hábito de consumo, por lo que en situaciones en las que se suele beber café sin “necesidad”, como en reuniones con amigos en bares y cafeterías, se debe intentar sustituir por otras bebidas sin cafeína. Así mismo, se ha de evitar la costumbre de tomar café para mantenerte despierto, y dar al cuerpo el descanso que necesita, aunque sea en forma de pequeña “siesta”. Si bien el café despierta, no mantiene la concentración, por lo que no se obtienen buenos resultado.

Un hábito difícil de eliminar es el tomar café para desayunar. Los productos solubles basados en cereales y malta también tienen un sabor tostado muy agradable y aportan al organismo los nutrientes necesarios para “despertarlo”. También se puede optar por las bebidas de cacao, que no solo son deliciosas en sabor sino que también contienen antioxidantes y los nutrientes de la leche o bebida vegetal en la que se disuelven.

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