La estación del año, la situación laboral, las relaciones con la familia, pareja y amigos, el estado de salud, la energía con la que cuente el organismo o el haber alcanzado determinadas metas u objetivos son factores que pueden condicionar el estado de ánimo.
También los alimentos pueden influir sobre el ánimo y mejorarlo, bien por los nutrientes que aportan o por el placer sensorial del hecho de comer lo que nos gusta y de satisfacer el apetito.
Los alimentos ricos en Triptófano favorecen la producción de Serotonina, neurotransmisor ligado a la sensación de bienestar y que es deficiente en muchos trastornos depresivos. Los huevos, lácteos, pescados, carnes, legumbres, frutos secos, la piña y el plátano ayudan a potenciar la alegría o energía positiva y también pueden mejorar el sueño.
Los alimentos ricos en vitaminas del grupo B, como las carnes y pescados, el arroz integral, la soja, el germen de trigo, los frutos secos, las legumbres y los huevos son fundamentales para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Su consumo evita la irritabilidad, estados de depresión, falta de concentración, nerviosismo o fatiga.
Los alimentos estimulantes pueden ayudar en determinados momentos, gracias a sus efectos excitantes, pero siempre teniendo en cuenta que su consumo habitual y/o excesivo puede producir estrés, agotamiento o nerviosismo. La cafeína, que se encuentra en el café, té, bebidas de cola o en el chocolate es el principal estimulante.
Los alimentos relajantes pueden ayudarnos a evitar estados de nerviosismo. Algunos de los alimentos que nos pueden ayudar a relajarnos, evitando estados de nerviosismo y, por tanto, mejorando el estado de ánimo, son la levadura de cerveza, la lecitina de soja, los frutos secos, los cereales integrales y plantas relajantes como la melisa, la valeriana o la tila.
Cuando el cansancio y la fatiga empeoran el estado de ánimo, la falta de hierro puede ser la responsable. El hierro mejora la concentración, la memoria y favorece un mayor rendimiento en general. Alimentos ricos en hierro son las carnes y vísceras, algunas legumbres, las almejas y berberechos o el pescados.
Los hidratos de carbono como base de los desayunos y como parte del resto de comidas del día nos ayudan a estar con más energía y mejorar nuestro ánimo. Son fuente de glucosa, el nutriente fundamental que utiliza el cerebro. La hipoglucemia puede ser origen de falta de concentración, cansancio, irritabilidad o mareos, por lo que es de gran importancia mantener unos niveles adecuados de glucosa en sangre. Alimentos como los cereales integrales y sus derivados (pan, pasta, semolas), las patatas, las legumbres y las frutas son ricos en hidratos de carbono.